Desde la cima que corona la Cuesta del Bacalao, y viendo venir sus pequeñas andas desde la base de la Giralda en un silencio que estremece, así es como vimos esta Cofradía subir por la estrecha calle Placentines para desembocar en Francos, cuando de nuevo la lluvia volvió a hacer acto de presencia y aceleró el paso de las cofradías, hasta llegar a un lugar donde refugiarse. Tres de ellas lo hicieron en la Catedral. La Vera+Cruz aceleró el paso hasta llegar a encerrarse en su capilla. Aún así pudimos disfrutar de saetas que rompen el silencio al compás del martinete. Un coqueto palio de cajón para una madre dolorosa con todas las de la ley, el rostro de una niña en esta cofradía no se contempla, se trata de una mujer que tallara Antonio Illanes en 1942.
Fotografías: Ángel Jiménez / Raúl Doblado
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