Y de nuevo, otro año, sin faltar a la cita con mi Cristina de mi alma, San Roque por Caballerizas. Lo cogimos desde Boteros, después de sus correspondientes bocadillos de salchichas con bacon y queso -muy aconsejables para los relevos por cierto-, y hasta la Plaza de Pilatos en una bulla bien andá. Mientras que degustábamos el bocadillo nos encontramos con el gran Fede, al que le tengo gran aprecio, más adelante, a doña Puri y doña María Uribe con una amiga, sufridoras de Domingo de Ramos, y de su virgen de Gracia y Esperanza. Tras el relevo me vi, de nuevo, con mi compadre, dispuesto a vivir, ahora con él fuera esos momentos que ponen el vello de punta. Por allí aparecieron también el incombustible con su Hermandad, don Manuel Barba, que venía del Divino Rabí, don Ángel González y don Rafael Robles para disfrutarlo juntos. Y así fue, el redoble de Pepe Hidalgo se clavaba en el alma, y el olfato no daba más de sí, no podía asimilar la fragrancia a incienso en forma de nube que se entremezclaba con la voz presta de Carlos Villanueva dando las órdenes necesarias para adentrar "la galera" de Carmen Benítez en Caballerizas. Ya lo dijo el poeta, y es que en San Roque... a compás la cera llora.
Fotografías: José Diego Fagundo / Cristina Ibáñez / Ernesto Naranjo
Jejejeje. Me alegro de que te hayan gustado como para ponerlas. Un abrazo.
ResponderEliminar