viernes, 13 de marzo de 2009

MANIFESTACIONES CALLEJERAS

Se dice que -"mal agricultor es el que siembra la cizaña en mitad de su cosecha, porque lo que se consigue es echar a perder todas las espigas sanas y buenas".

Como "manifestaciones callejeras" llamó nuestro Vicario General a la Estaciones de Penitencia de las Hermandades de Ciudad Real, declaraciones y palabras tan desafortunadas como su actuación de "mediación" en el conflicto que se creo en la Hermandad del Señor de las Penas a raíz de que los propietarios de la imagen del Señor se negaran a acatar la decisión democrática y mayoritaria del resto de hermanos, que tomaron por tres veces en Cabildo Extraordinario. Fallando al final en un Decreto de nuestros Señor Obispo Prior en contra de la voluntad de la propia hermandad que designo su futuro libremente y se vio sesgado tras dicho Decreto.

Así es que mal Pastor es aquel que siembra la discordia entre su rebaño, porque al final con el asunto de las Penas solo ha conseguido la pelea entre hermanos de la Hermandad, y ahora con declaraciones de este tipo solo me da la sensación que se pretende la crispación de los Cofrades de esta Ciudad. Cosa que si así fuera no entiendo ni su sentido, ni su fin. Por suerte para nosotros los cofrades, es que esto se comenta con otros Pastores de la Iglesia y rotundamente desvinculan su opinión de la del Señor Vicario. Mas sabiendo que "el Magisterio Católico estima, favorece y ve necesarias e insustituibles las expresiones populares de piedad como un verdadero signo de fe y forma adecuada de evangelización en la vida publica".

Este directorio dice textualmente en su punto 136
"Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén".

Es muy intensa la participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa. Algunos muestran todavía señales de su origen en el ámbito de la piedad popular. Sin embargo ha sucedido que, a lo largo de los siglos, se ha producido en los ritos de la Semana Santa una especie de paralelismo celebrativo, por lo cual se dan prácticamente dos ciclos con planteamiento diverso: uno rigurosamente litúrgico, otro caracterizado por ejercicios de piedad específicos, sobre todo las procesiones.

Esta diferencia se debería reconducir a una correcta armonización entre las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad. En relación con la Semana Santa, el amor y el cuidado de las manifestaciones de piedad tradicionalmente estimadas por el pueblo debe llevar necesariamente a valorar las acciones litúrgicas, sostenidas ciertamente por los actos de piedad popular."

Lo cual nos quiere dar a entender que hay que borrar ese paralelismo entre liturgia y actos de piedad para que una se sostenga sobre la otra, no que la liturgia eclipse y borre los actos de piedad o religiosidad popular, pero con declaraciones como estas es sembrar la discordia en vez de ir en un solo barco, una cosa y la otra, como dice el Directorio de la Santa Sede, que explica bien claro en su naturaleza que "en el intento, por lo tanto, de ayudar a los Obispos, para que, además del culto litúrgico, se incrementen y tengan en consideración las oraciones y las prácticas de piedad del pueblo cristiano, que responden plenamente a las normas de la Iglesia".

Yo creo, a mi seguramente desacertado entender, que hoy los que nos sentimos iglesia, los que día a día la vivimos y la formamos en nuestra condición de Católicos, tenemos que ser fuertes y valientes pues desde los ataques indiscriminados de esta sociedad que ha perdido todos esos valores que los que tuvimos la suerte de criarnos en una familia católica y hemos aprendido la doctrina católica en nuestros colegios al amparo de la Cruz que presidia el aula. No hay mayor manera para defender nuestra Fe que hacer una protestación publica sacando a Nuestro Señor a la calle con toda su Cofradía, para que el pueblo vea el verdadero Amor y lo que ese hombre representado en bendita madera de cedro fue capaz de hacer por Amor, que entrego su vida por nosotros, por nuestra salvación. Y por supuesto dejar boquiabierto a ese anónimo que esta en la calle, que no pisa una iglesia, ni quiere saber nada de Dios, pellizcándole el corazón con ese Sagrario que son los doce varales, las bambalinas de terciopelo bordadas con oro para la Reina de los Cielos, una candeleria de cirios encendidos, respiraderos de plata y olor a cuadrilla costalera de hombres valientes que pasean a la que fue el primer Sagrario, pues llevó a Cristo en su seno durante nueve meses, la Azucena mas Pura y Limpia de la Humanidad. Este año hay crisis económica, pero que no haya crisis de Semana Santa, que no haya crisis de grandeza para Cristo ni su Santísima Madre Inmaculada, aun cuando siembren la cizaña entre nosotros nuestra defensa a los ataques, tanto de los que vienen de dentro como de los que vienen de fuera sea poner nuestras Cruz de Guia en la calle.

Marcelino Abenza González

1 comentario :