lunes, 7 de abril de 2008

Se perdió a un gran capataz

Manuel Rechi Márquez falleció en la tarde noche del viernes. El maestro de capataces y miembro de la saga de los Rechi, Manuel Rechi Márquez, tenía 79 años.



La dinastía de la familia Rechi se remonta a los años 50. La Casa de la Moneda fue la cuna de los cuatro hermanos, veteranos capataces; no solo de Sevilla capital, sino de su provincia. El mayor de los Rechi; Pepe, se inició con el popularmente conocido capataz “el Gaseosero”.



Manolo empezo su andadura con Rafael Borrero y la saga de los Rechi comenzó en los pueblos de la provincia de Sevilla como son: Coria del Río, Castilleja de la Cuesta y Alcalá del Río entre otros.



Fueron los trabajadores del muelle del Puerto de Sevilla los que eligió Pepe Rechi para sacar los pasos. La primera de las cofradías que comenzaron a sacar en la capital Hispalense fue la Quinta Angustia, años después el palio de la Virgen de la Victoria de la Hermandad de las Cigarreras y luego, ya más tarde, la Hermandad de los Panaderos, a la cuál estaban muy vinculados por ser muy devotos de la Virgen de Regla.



A raíz de su gran profesionalidad los fueron llamando y sacando Hermandades como: Amargura, San Benito, Santa Genoveva Santa Marta, El Baratillo, Cristo de Burgos, Panaderos, Quinta Angustia, El Silencio, Las Cigarreras, La Macarena, La Esperanza de Triana, La Mortaja, Montserrat y La Soledad de San Buenaventura entre otras tantas.




De todas estas Hermandades citadas existen anécdotas diversas como por ejemplo la excelente decisión que tomaron los hermanos Rechi junto con la Junta de Gobierno de la Hermandad de Montserrat, cuando la Soledad de San Buenaventura no podía pasearse por nuestras calles porque no se presentaron el Viernes Santo ni el capataz ni la cuadrilla. La familia Rechi se repartieron junto a su cuadrilla quedándose el paso de Cristo de la Conversión del Buen Ladrón en su capilla para sacar la Soledad de San Buenaventura.

También fueron los últimos capataces profesionales juntos con sus cuadrillas, los que pasearon a la Macarena, un lujo que poca gente ha podido conseguir.

Gran perdida para el mundo de "la gente de abajo" y para la historia del mundo de la trabajadera.

DESCANSE EN PAZ

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