Antonio Santiago Muñoz, heredero de una de las sagas más señeras del martillo sevillano, ha participado este jueves en un encuentro digital con los lectores de El Correo de Andalucía.
Este médico de profesión es el capataz general de la hermandad de la Macarena. Pero no son los únicos pasos que capitanea en Semana Santa. Él y su equipo de auxiliares sacan al Inmaculado Corazón de María y al Cristo de la Misión de Heliópolis, Los Estudiantes, La Paz , Las Penas de San Vicente, El Cristo de Burgos, Los Negritos, La Resurrección, la recién creada cofradía de San José Obrero, El Carmen de Calatrava, La Asunción de Cantillana, La Virgen del Pilar de San Pedro y la Divina Pastora de Santa Marina.
1.- ¿Cree que las nuevas cofradías deben ir a la Carrera Oficial? Si La Misión entra, ¿seguirá siendo su capataz?
Entiendo que las personas que pertenecen a las cofradías de vísperas tengan la inquietud de llegar a la Catedral con sus imágenes. Habría que valorar lo que se gana y lo que se pierde cuando se toman estas decisiones. Quizás las hermandades que radican muy lejos de la Carrera Oficial podrían hacer una labor evangelizadora en esos barrios limítrofes que si acuden a la Catedral dejarían de hacerlo.
La decisión de que yo sea el capataz de la cofradía la tiene la junta de gobierno. Y son ellos los que en último extremo tienen la palabra.
2.- ¿Qué se siente al llevar a la devoción de Sevilla por excelencia: la Esperanza Macarena? ¿Con qué momento de la estación de penitencia te quedas?
Es difícil expresar los sentimientos que se tienen delante de los pasos. Son muchas las sensaciones que se viven delante de ese palio. Creo que una buena forma de resumirlo es decirte que estar doce horas delante de Ella es estar en la gloria. La noche y la mañana son mágicas y es difícil escoger un momento; pero de todos ellos con el que me quedo es con la Virgen delante del convento de Santa Ángela de la Cruz.
3.- ¿Hay alguna posibilidad de que suene en el tramo de Escoberos a Fray Luis Sotelo la marcha Campanilleros? La última vez que se escuchó estaban en mi balcón dos seres queridos que ya no están. Es por la emoción de dedicársela a ellos. Gracias.
Aunque parezcamos que no estamos organizados, no es así. Hay una organización en todo y también en las marchas. De todas formas haremos todo lo posible para que se toque esa marcha en ese lugar.
4.- ¿Cree que sería capaz de conseguir sus éxitos al frente de ese elevado número de cofradías sin su actual equipo de auxiliares?
No. Afortunadamente hace falta un equipo de personas bien formadas con espíritu de entrega, dispuestas a sufrir durante la Cuaresma, devotas de las hermandades de Sevilla y aficionados a este mundo del costal y la trabajadera. Las responsabilidades que asumo en último extremo son relegadas a las personas que me acompañan, que son de mi plena confianza. Gracias a ellos es por lo que puedo asumir dichas responsabilidades.
5.- ¿Hasta cuándo cree Vd. que podrá mantener la triada que empieza en Los Negritos y acaba en La Mortaja, pasando por La Esperanza?
Espero que durante mucho tiempo, pero está claro que será la capacidad física la que me permita disfrutar de ese día largo que comienza a la una de la tarde del Jueves Santo y termina a las dos de la mañana de la madrugada del Sábado Santo.
6.- En el año 2.013 con la incorporación a penitencial de San José Obrero, Vd. sacara desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección once cofradías (Diecinueve pasos) ¿Es normal esa situación o es que las hermandades no confían en otros capataces, ya que no creo que física y psicológica llegue bien una persona responsable de tanto costalero y tanto patrimonio?
Históricamente los capataces de Sevilla han sacado un número importante de cofradías. Sin ir más lejos en el año 1976 el maestro de mi padre, Salvador Dorado "El Penitente", sacó, y mi padre y yo tuvimos la suerte de acompañarlo, once cofradías: desde el Viernes de Dolores al Domingo de Resurrección. Es decir, yo no estoy haciendo nada nuevo, la historia se repite, con una diferencia: aquellas once cofradías de 1976 se sacaban con los mismos costaleros, hoy yo tengo en torno a 1.500 costaleros para las hermandades de penitencia y unos 800 en las de gloria. Y en esta Cuaresma que acabamos de empezar he dejado atrás a 900 aspirantes que no han podido entrar. Soy capataz de estas once hermandades porque ellas, o mejor dicho sus juntas de gobierno, han venido a buscarme. Considero que cuando lo hacen es porque piensan y confían en mi responsabilidad para llevarlo a cabo. Creo que el problema no es el número, sino saber lo que uno lleva entre manos. Una de mis máximas a la hora de ponerme delante de un paso, y por la profesión que ejerzo, es el cuidar el físico de la gente que se mete debajo. Sería un irresponsable si esto no lo hiciera. Tengo costaleros que me dicen que cada año los pasos le pesan menos, esto para mí es un orgullo y una satisfacción del trabajo realizado.
7.- ¿Cree que ser capataz es una actitud más que una herencia de padres a hijos? Estará conmigo en que no todo el mundo vale para esto, pese a tener sangre de martillo...
Las cosas ocurren generalmente porque hay muchos factores que las provocan, y no por una sola cosa. Con respecto a la herencia, creo que algo en los genes de los hijos de capataces va marcado. Pero a esto hay que añadirle actitudes y facultades que se adquieren a lo largo del tiempo. Es cierto que la herencia facilita el acceso a este mundo, pero hay que demostrar que se vale para llevar adelante esta afición. Hay otra parte importante de la herencia, y es que las exigencias y la crítica a estas personas es mayor; pero estoy contigo en que todo el mundo no vale para esto, y hay claros ejemplos en la historia de los capataces.
Igual ocurre con aquellos costaleros, muchos de ellos magníficos, debajo de los pasos, que cuando se ponen fuera no valen para ser capataces. Son dos conceptos distintos, y que como tú bien dices hay que valer para ellos.
8.- Me encanta como camina la Esperanza, pero a veces la veo un poco encorsetada y almidonada, ¿no te parece que deberían ser un poco más natural sus movimientos?
Históricamente el paso de palio de la Virgen de la Esperanza se ha movido de una forma suave, armónica, cadente, sutil, sin estridencias y marcando los cánones de cómo debe de ir un paso de palio. Esto lo sabemos no solo por el recuerdo histórico de nuestra memoria, sino también por la memoria histórica recogida en documentos gráficos. Esta forma de moverse es debida a distintos factores, entre ellos, la propia construcción del paso, su montaje, sus dimensiones, su peso, la altura de sus varales y, por último, el trabajo efímero del costalero. A esto tenemos que añadirle la actitud que el propio espectador tiene a la hora de ver la cofradía. Son factores, todos ellos, que influyen en la percepción global que recibimos del paso en la calle. Entiendo que todo es mejorable, y espero y deseo que esta próxima Semana Santa seamos capaces de satisfacer a todos los espectadores devotos de la Virgen por la forma de mimarla en su estación de penitencia.
9.- Actualmente eres capataz de la Asunción de Cantillana, ¿qué diferencia hay entre sacar un paso de palio y uno de gloria?
Sí que hay diferencia entre un paso de gloria y un palio. Hay que entender que los pasos de palio son un volumen dinámico, es decir, que dentro de toda su estructura hay partes que se mueven a un compás distinto a otras; con lo cual hay que intentar que ese movimiento a la visión de nuestros ojos no sea desorganizado. Sin embargo, los pasos de gloria, igual que los pasos de Cristo, son un volumen estático. Nuestra Virgen de la Asunción lleva esa toca puesta que le da cierto aire de movimiento cuando Ella se eleva al cielo. Pero lo esencial, el trabajo del costalero, es prácticamente el mismo en un paso que en otro, habría que cuidar las alturas de los costaleros en el caso de los pasos de palio.
10.- ¿No cree que hay excesivo protagonismo del colectivo costalero en nuestra Semana Santa? Que si costales de diseño, dietas, chicotas coreografiadas... Muchas veces se nos olvida que lo que importa es lo que va sobre el paso y no abajo.
Estoy totalmente de acuerdo en esta apreciación. El lugar más bonito que tiene una cofradía es debajo de un paso. Es un lugar incómodo, estrecho, pequeño, caluroso, a veces con malos olores, sobre todo por aquellos que se lavan poco; pero en el cual uno recibe sensaciones, vivencias que no se dan en otro lugar de la cofradía. Es un lugar en el que todos se igualan por la trabajadera, no hay clases sociales, no hay diferencias económicas, ni de formación, ni de lugares geográficos, conviven todos en la misma igualdad. Es un lugar de presumidos, de valientes, de legionarios, de gladiadores; pero todas estas características llevan un adjetivo añadido y es que son ANÓNIMOS. Los costales de diseño, los pantalones remangados, las camisetas de tirantas, los tatuajes ex professo, los ojos tapados; todos estos son motivos que nos hacen pensar que queremos ser el centro de atención de las personas que nos ven. Se pasa muy fácilmente del anonimato a ser estrella de esta puesta en escena. No nos damos cuenta de que nuestra estación de penitencia no sólo está debajo del paso, sino también fuera. Hay personas que nos miran, que nos escuchan, que están pendientes de nosotros cuando estamos fuera del paso en un relevo o tomando un refresco, y ahí también estamos haciendo estación de penitencia. Son muchas las personas a las que les gusta la Semana Santa, pero son muchas más a las que esto no les gusta y seguro que éstas buscan y examinan cualquier detalle nuestro que pudiera tachar esta manifestación de fe con una simple demostración artística.
11.- En todos estos años al frente de tantas cofradías como capataz, ¿cuál ha sido el momento más difícil que recuerda? ¿Y el más emotivo?
Momentos difíciles hay muchos. Uno intenta cerrarlo todo durante los ensayos para que cuando llegue la Semana Santa no surjan imprevistos, pero a veces no se pueden evitar. Me resulta difícil recordar alguno de ellos, pero sí puedo decirte que algunas salidas y entradas de las cofradías que saco, me resultan especialmente difíciles.
Como momentos emotivos, recuerdo dos principalmente: el primero delante de la Virgen del Rosario de la Macarena tres días después del fallecimiento de mi padre. Fue un momento especialmente duro. El otro, delante del Cristo de la Victoria un Domingo de Ramos cuando mi hijo se estrenaba como capataz de Sevilla.
12.-Seguro que en más de una ocasión cuando está delante de un paso y va a llamar al martillo se acuerda de su padre, ¿cuál fue el mejor consejo que le dio? ¿Qué aprendió de él? ¿Le gustaría que le recordasen con el mismo cariño que a él?
El mejor consejo que me dio fue que cuidara al costalero. Los capataces no somos nada sin la gente de abajo.
Todo lo que sé, se lo debo a él. He intentado aprender de otros capataces cuando los he visto mandar en la calle, sobre todo, al maestro de mi padre Salvador Dorado "El Penitente"; pero de mi padre aprendí el aprecio al costalero, la palabra justa, medida, marcar los tiempos a la hora de mandar, cogerle la distancia a los pasos, encomendarme a los titulares de las hermandades antes de sacarlas, en definitiva, todo lo que hago tiene su origen en él. Es difícil que me recuerden como a él, porque Manolo Santiago fue único e irrepetible.
13.- ¿Se considera usted el mejor capataz que existe en la Semana Santa Sevillana? A mí me gusta la forma de llevar esos pasos por estas calles tan bonitas de mi Sevilla...
A mí no me toca decir esto; pero sí puedo asegurarte que habrá gente que esto le guste como a mí, pero no más que a mí.
14.- Me gustaría saber, ¿por qué la Macarena marca la tendencia de cómo se pasean los pasos de Virgen por Sevilla?
La hermandad de la Macarena ha creado siempre tendencia en muchas facetas de la Semana Santa sevillana. Sin ir más lejos, ahí tenemos los besamamos a las vírgenes.
Los capataces siempre han querido llegar a esta hermandad, y siempre que lo han hecho han querido llevar el paso de la Virgen de la manera más ortodoxa, en definitiva, como los cánones mandan. Esta forma de llevar el paso de la Virgen ha provocado que el resto de hermandades hayan intentado copiar su forma de andar.
15.- Se de muy buena mano, ya que tengo algunos conocidos que salen de costaleros con usted en muchas de sus cofradías, que no son hermanos de ellas mi pregunta es la siguiente, ¿le parece a usted bien que salgan ellos sin ser hermanos y, sin embargo, un hermano de toda la vida no pueda salir en su propia cofradía?
Tengo hermandades en las que es obligatorio ser hermano de la hermandad y otras en la que esto no es así. En estas últimas, el criterio que sigo para cubrir los huecos que se producen es fundamentalmente la altura de las personas que acceden y que yo necesito para el mejor funcionamiento de la cuadrilla.
16.- ¿En que día y hora le gustaría que saliera la hermandad de la Resurrección?
Tengo que reconocer que la mañana del Domingo de Resurrección es mágica. Pero sólo es mágica desde las 10 de la mañana a las dos de la tarde. No siendo así desde las 4.30 de la madrugada a las 10 de la mañana. Creo que la hermandad paga un precio muy alto por esas horas mágicas. Entiendo que la Iglesia Universal celebra la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo en el atardecer del Sábado Santo. Igualmente la Iglesia celebra la Muerte del Señor en la noche del Viernes Santo. Por lo tanto, aunque en nuestra Semana Santa, que tiene seis siglos de historia, 50 años se convierten en tradición, la hermandad de la Resurrección se merece, por lo que de evangelización tiene por el misterio que representa, acudir a la Santa Iglesia Catedral en su estación de penitencia en la tarde-noche del Sábado Santo.
17.- Me gustaría saber la opinión que tiene usted del capataz Juan José Gómez.
Lo conozco desde hace muchos años. Él fue costalero de Salvador Dorado ‘El Penitente' y hemos coincidido en muchas charlas y reuniones. Tengo la suerte de ser capataz de uno de sus hijos y también de su hermano Lolo. Creo que es un hombre sensato que sabe lo que lleva entre manos, que procede de esos costaleros antiguos y que, por lo tanto, reúne las condiciones y los conocimientos para ponerse delante de un paso. De todas formas, no soy yo quién deba de opinar de otros capataces. Para mí, todo aquel que se pone delante de un paso me merece el mayor de mis respetos.
18.- ¿Qué tipo de preparación hace para Semana Santa, especialmente para piernas y voz?
En general, me gusta andar mucho durante todo el año y, especialmente, en estos 50 días previos a la Semana Santa y, por motivo también de los ensayos, son muchos los kilómetros que camino. Para la voz, son varios los motivos por los cuales, en general, estoy bien. El primero, es porque cada vez mando menos. El segundo, es porque hay que saber en qué momento hay que dar las voces. El tercero, es porque no fumo. Y el cuarto, es porque intento beber mucha agua, que facilita la hidratación de las cuerdas vocales y, por lo tanto, el mantener la voz.
19.- ¿Qué le diría usted a las personas que dicen que sus pasos tienen todos el "sello santiago"? En vez de tener cada una el "sello" o el estilo propio de cada una de las hermandades.
Las hermandades tienen su estilo propio en la imagen general que presentan cuando salen a la calle. Pero los capataces también tenemos nuestro estilo y la forma de entender e interpretar cómo deben de ir los pasos. Por lo tanto, cuando una hermandad te llama sabe y conoce cuál es la forma que tú tienes de entender cómo debe de andar un paso. Es lógico que el capataz tenga su estilo y su forma de mandar y eso se traduzca en el movimiento del paso. Esto no es ir en contra del estilo de la hermandad. Todo lo contrario. Pueden complementarse.
20.- ¿Cómo se hace un buen costal, ya que existen tantos criterios y la verdad que estoy despistado?, y ¿Cuál es la mejor manera para poder tratar la arpillera del costal para prepararlo?
El costal es la herramienta de trabajo del costalero. Un costalero mediocre con un buen costal lo hacemos costalero. Un buen costalero con un costal malo acaba siendo un costalero mediocre. A mejor herramienta de trabajo, mejor costalero. El costal tiene una doble función: la sujeción y unión del costalero a la trabajadora y la amortiguación del peso del paso sobre la séptima vértebra cervical, aquella que Dios puso cuando creó al hombre y se acordó de los costaleros de Sevilla y que sólo sirve para sacar pasos. Si no cumple estas dos funciones, no sirve para nada. Aunque la ilusión del costalero sea grande y el esfuerzo, también. Para que cumpla estas dos funciones hace falta: que la medida sea idónea, en torno a 1,15 metros de ancho por 80 centímetros de largo; que la morcilla mida 30 centímetros de largo y en torno a 3,5 o 4 centímetros de diámetro. Y que la consistencia o el tejido del cual está hecho tenga el apresto suficiente para que cumpla esa función de amortiguación.
Para tratar la arpillera, los antiguos usaban el agua mezclada con sal. Hoy día, también disponemos de líquidos suavizantes que podrían también utilizarse.
21.- ¿Contento con la calle que le van a dedicar a su padre? ¿Le gusta el sitio? Conociendo a su padre, ¿qué hubiera dicho?
Por supuesto, muy contento. Es una aspiración que teníamos mi familia, yo y muchos amigos y cofrades de Sevilla desde hace mucho tiempo. Con respecto al sitio, me parece ideal porque él vivió junto a la Plaza de Los Terceros muchos años, allí vivía su abuelo, después su residencia fue en la calle Almirante Apodaca, muy cerquita de este lugar; jugó de niño en la plaza de Los Terceros, donde tenía muchos amigos; perteneció a la hermandad de La Exaltación, tan cercana a este lugar y, por lo tanto, creo que el Ayuntamiento de Sevilla ha hecho un gran esfuerzo para poder rotular una calle en este lugar.
Conociéndolo, creo que debe estar en el Cielo muy satisfecho por este honor y agradecido a las personas que han promovido y facilitado este hecho.
22.- Antonio, ¿no crees que en los tiempos que estamos, es excesivo que un capataz saque más de dos o tres cofradías en la semana? ¿No es más solidario dejar las hermandades de gloria, como cantera de capataces?
Las cofradías que saco lo hago porque las hermandades han venido a buscarme y porque creo que puedo asumir la responsabilidad que supone aceptarlas. Esa cantera de capataces a los que te refieres, en general, no los veo viendo pasos. Esta afición, afortunadamente, no se aprende en un manual o en unos apuntes, sino que se aprende viendo y viviendo muchos momentos delante de los pasos. El movimiento se demuestra andando, por lo tanto, esos aficionados lo que tienen que hacer es estar, ir, ver y preguntar. Cuando esto se hace, se alcanza un lugar tarde o temprano. Nadie va a ir a tu casa a decirte que te pongas delante de un paso.
23.- ¿Cree que Zoido hace justicia con su padre al ponerle una calle?
Pienso que sí. Manolo Santiago, en los años 70, estando en el mundo de los costaleros y capataces antiguos, fue el único en ese momento y el primero que creyó en los jóvenes costaleros hermanos. Pensó y tuvo claro que el futuro estaba aquí y no se equivocó. Participó de una forma importante y decisiva en la creación de la primera cuadrilla de costaleros que en el año 1972 sacó la Virgen de la Aguas de la iglesia del Salvador y en la cuadrilla de costaleros que en 1973 sacó por primera vez el Cristo de la Buena Muerte de la hermandad de Los Estudiantes. Tengo amigos capataces que me dicen que, gracias a mi padre, hoy día se pueden poner delante de los pasos. Con respecto a los hombres de abajo, ayudó en todo lo que pudo material e inmaterial a aquellos hombres antiguos que se metían debajo de los pasos. Y fue un padre para muchos jóvenes que se iniciaban en el mundo del costal. Creo que el Ayuntamiento de Sevilla, encabezado por Juan Ignacio Zoido, hace justicia con este sevillano que llevaba a gala su sevillanía y el cariño a las hermandades.
24.- Si todo el mundo intenta copiar, si todo el mundo intenta ser el mejor en lo que hace, si todo el mundo le gustaría que le dijeran que se parece al mejor, que era tu padre;... ¿Por qué no intentas parecerte a tu padre y echarle el arte que tenia él? Decía Alberto Gallardo, el capataz, que Antonio era uno de los mejores o el mejor PERO no tiene la sevillanía que hay que tener para llevar los pasos de SEVILLA. Siempre con todo el respeto a ti y a tu padre. Deja que en la madrugá hable tu corazón y no tu cabeza.
Manolo Santiago era único e irrepetible. Y cuando nació, partieron el molde. Cualquier comparación se queda en una burda copia. En su forma de mandar los pasos, también evolucionó, el Manolo Santiago que muchos conocéis de los últimos vídeos en su última etapa no fue siempre así. Él también evolucionó en el tiempo, como hacemos todos. El Antonio Santiago que se pone delante de los pasos ahora, no es el mismo que hace 20 o 25 años. También cambio. Estar doce horas delante de la Virgen diciendo cosas bonitas es inalcanzable hasta para los poetas. Hay momentos en la Madrugá en el que, como tú dices, habla el corazón. Pero la responsabilidad no se puede olvidar y por lo tanto es difícil compaginar esas dos vertientes: la del sentimiento y la responsabilidad.
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