Pareciera como si nos persiguiese esa constante lluvia, pero solo constante cuando, de mover los pasos de la hdad de la Flagelacion se trata.
Otra vez la lluvia no deja ensayar, el año pasado no dejó terminar la procesión, es como si el tiempo se hubiera aliado en contra de la Hdad. para que no goce de todo su esplendor, para que no pueda lucirse, aunque en tiempo de sequia pertinaz como la que nos maltrata a esta tierra el agua siempre es bien recibida.
Esperemos que la Semana Santa sea un parentesis en la lluvia que no debe parar.
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