Silencio, se ha marchado el
sonido del silencio, una corneta herida en la madrugada, se lo llevaba
reclamando Silencio. El destino, la casualidad, la maltidad mala suerte,
se ha cebado en la noche en la que
atruena el silencio.
La mañana amanecía, llorosa. Lloviendo
en una tierra, en la que tú, que lo has conocido solo puedes decir que era una
persona BUENA DE VERDAD, porque en esta ciudad, todo el mundo debería haber
conocido a Paco, derrochaba Bondad, generosidad, amistad, humanidad…
De algunas personas se dice, que
tienen don de gentes, y Paco no es que tuviera don de gentes, sino que como era
tan buena persona, como se daba a todo el mundo, con todo el mundo era
agradable, y siempre tenia una palabra de compresión, se hacia querer por quien
lo conocía, por eso no es que tuviera don de gente, sino que era bueno para,
con la gente y por eso se le quería allá por donde fuera.
Se ha quedado silente, la corneta,
manca la guitarra, muda la garganta que siempre tenia una canción, amargos los
Sugus que endulzaban cualquier reunión. Se ha derrumbado la barra del bar, y no
ha quedado nadie que supiera hacer amigos a los desconocidos. Ya no hay nadie
andando de grupo en grupo del Reprise poniendo sonrisas en la reunión, conversación
eterna a la amanecida, robándole a la mañana las mejores de las reuniones.
Tú que no lo conociste a lo peor,
te has quedado huérfano de un señor de esta ciudad, un empresario de la noche,
que todo el mundo quería haber echado un rato con el.
Tu Flamenquito, Paco, te llorara
por Colombianas, tu banda descerrajara los bordones del tambor para tocar y
retumbar con la pena de tu marcha, la feria no tendrá farolillos, ni las
guirnaldas bailaran al compas.
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