Aunque la cuaresma comenzó hace unos días, hoy en realidad es cuando empieza en esta Ciudad que no sabe ni donde aprieta ni donde afloja. Y os dejo para mi" la estampa" o por lo menos la visión con la que empiezo a prepararme en estos 40 días. Conforme vayan pasando las horas y los instantes, los escalofríos y las sensaciones; seguro que irán surgiendo otras más, iguales o más bellas si cabe.
Cuaresma especial para mí, pues tendré el inmerecido honor de Pregonar a mis hermanos de las Penas y su más genuino modo de vida. Será mi última cuaresma antes de comprometerme en el sacramento del matrimonio; con las expectativas de trabajar con los mejores más cerca que nunca; con las cuadrillas que tenemos al cargo consolidadas casi, casi al 100 %; con el palio de la Soledad subsanado y con un movimiento de antología en el gran estreno de la Semana Santa pasada, y que se frustró por la grosera lluvia. El amor en la distancia, pero mas fuerte cada día, al Señor atado a la Columna y a su Madre que lo Consuela.
Ya solo quedan menos cuarenta días, amigos, y como dijo el pregonero, “pero que 40 días y que 40 noches”...
Fotografía: Miguel Barba
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