Nunca defrauda la Hermandad de las Penas, ejemplo de Cofradía "de cabo a rabo", desde la Cruz de Guia con sus dos servidores hasta el ultimo penitente con cruz. Humildad Carmelita en el andar de cada uno de los que componen tan becqueriana Cofradía en la calle. Gracias a la Hermandad por dejarnos disfrutar año tras año el poder mandar al Señor y sobre todo gracias y mil veces gracias a "mi gente buena de verdad" a ese pedazo de cuadrilla que siempre después del Martes Santo puede presumir de la categoría que da el trabajo bien hecho, de la esencia del trabajo costalero. Desde los que van delante del paso del Señor con espigados capirotes, cinturones de esparto y altos cirios rojos sacramentales, junto con sus servidores de librea vestidos, acólitos dando el empaque y el boato que procede en tan solemne Estación de Penitencia, hasta los que están en las entrañas de tus trabajaderas; saben a otros tiempos, tienen ese empaque rancio de la prestancia de antaño.
Fotografías: Mari Carmen Abenza
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