martes, 23 de mayo de 2017

LA QUE MANDA




Te lo voy a decir bajito, para que me oiga todo el mundo, porque de las cosas buenas se tiene que alegrar el prójimo y el ajeno, se tiene que alegrar el mundo, y si además lo ordena la que manda pues mayor secreto a voces debe ser.
Esta mañana a eso del mediodía, me cruzaba casi sin darme cuenta con alguien feliz, alegre y que iba a dar Las gracias a la que manda.Todo había salido bien, el encuentro me lleno de tanta emoción que he de confesar que se me saltaron las lagrimas, cuando cruzaba el Pilar. Venia yo de visitarla a Ella, y a pedirle, como casi siempre, pero el encuentro me hizo abrir los ojos y pensar cuan importante es también dar Gracias a Dios y a la que manda aquí.
Ese corazón, iba pleno, rebosante de gracia, presuroso, pero con la emoción de un niño, la fuerza de un hombre y la valentía del que sabe luchar y acordarse de la que ha puesto de su parte para que todo saliera como Dios manda.
Pero la mañana no iba a acabar ahí, la llamada que esperaba sonó, la voz que esperaba hablo, y las lagrimas a un lado y otro del teléfono se derramaron de felicidad, cual candeleria en Domingo de Ramos radiante, y caluroso. Otra vez las plegarias, otra vez las súplicas, otra vez Ella, la que manda, había intercedido, esta vez por ella.
Así pues, no me queda otra que mañana volver a verte, volver a mirarte, volver a rezarte, y esta vez con la felicidad que andaba hoy camino del Prado, rendirme a tus plantas y darte las gracias.
Viva la Virgen del Prao. Viva la Reina de Ciudad Real. Viva la Madre De Dios, Morena de la Catedral.

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