El cese del diputado de cruz
SU cofradía sale esta tarde, y Manolo, lejos de las emociones que ha sentido otros años tal día como hoy, está con un cabreo que no se tiene. Tiene preparada la túnica, perfectamente planchada, que espera colgada de la misma percha de siempre. Y no diré si junto a la túnica están las sandalias o los zapatos de doradas hebillas, y tampoco precisaré si el cíngulo o el cinturón de esparto, para no dar pistas, que después todo se sabe. Manolo lleva apuntado en la cofradía una cantidad de años que ni recordarlos quiere, porque ya va teniendo esa edad en que conviene no mirar los almanaques, para que no se vean los tacos que se tienen en todo lo alto.
Manolo ha salido en su cofradía de todo y en todos sitios. Desde que de la mano de su padre acudió aquel primer año, bien repeinado de brillantina y fijador, bien arregladito el cuello por el barbero del barrio, e hizo de monaguillo la estación de penitencia... hasta la calle Sierpes, donde se quedó con los abuelos en el abono de las sillas, muertecito de tanto andar el pobre, Manolo ha ido pasando por todos los puestos de la cofradía. De monaguillo pasó a nazareno del primer tramo del palio, y después a otros lugares más cercanos al paso, hasta que un año falló uno que venía desde Madrid y a última hora tuvo que coger una vara en la bandera pontificia. Y luego, diputado de tramo, con felicitación del propio diputado mayor de gobierno a la entrada de la cofradía aquel Lunes Santo, por cómo resolvió de bien una guasa que se produjo con un niñato.
Escalón a escalón, palmo a palmo, como el que hace una carrera universitaria o militar, Manolo fue ascendiendo en la cofradía, hasta que lo invitaron a presentarse como secretario segundo en una junta que salió elegida por aclamación. Aquel año fue cuando se estrenó de diputado de cruz, con su reloj de la mano y el papelito plastificado de las horas que debían ser cumplidas. Llevaba a la cofradía de cine, de bien que la llevaba, qué ritmo, qué manera de andar, de hacer bajar la cruz de guía, de aligerar el paso o de reposarlo, pensando en la dificultad del paso del Cristo por aquella calle donde ahora estaría.
Para qué voy a comentarles las excelencias de Manolo como diputado de cruz. Un experto. Hasta que en mala hora se le ocurrió ir en la lista de los otros en las últimas elecciones. Hay determinadas listas en las elecciones de las cofradías que es como ir de candidato por el PP en Marinaleda. A Manolo le pasó eso. Su lista tenía las mismas posibilidades de ganar que el Levante la Liga. Pero Manolo lo hizo por José María, su íntimo amigo, que tenía mucha ilusión por salir elegido hermano mayor y que se comió una rosca con su candidatura, y eso que hasta la pusieron en Internet. Y más que una rosca. Porque hete aquí que Manolo, exacto, fidelísimo, perfecto diputado de cruz, fue destituido por el nuevo diputado mayor de gobierno, que quiere poner la cofradía en la calle —dice— con la garantía de gente de su confianza. Este es el primer Lunes Santo en que Manolo, ay, no llegará a La Campana con su cruz de guía. Irá con cirio en el último tramo, por el número tan bajo que tiene, pero su ilusión, ay... Y encima, la guasita de su mujer ayer, con el ABC en la mano:
—Manolo, hijo, eres tonto... En vez de entregarte tanto a la cofradía, más que de diputado de cruz te hubiera valido salir de diputado por el Parlamento Andaluz.
—¿Por qué, Carmen?
—¿Que por qué? Mira lo que pone aquí: «El Parlamento Andaluz pagará 563.000 euros por indemnizaciones por cese a 45 diputados».
Un mes por año le pagan a los que su partido los ha quitado de enmedio. ¡Vamos, como la marranada que te ha hecho a ti la nueva junta! Por lo que han hecho contigo, Manolo, a estos diputados los indemnizan. Y tú eres tan tonto que te conformas con tu cirio del último tramo... Hasta 49.000 euros le han pagado a uno como tú, a un diputado que lo han quitado los nuevos que mandan en su partido, y eso son más de 8 millones de pesetas. Y con la de años que llevabas tú de diputado de cruz, ¿te imaginas, Manolo, lo que tendrían que pagarte si en vez de dejarte la vida en la cofradía hubieras estado como estos tíos, chupando del bote en el Parlamento? Vamos, como yo que tú, llevaba a Magistratura a estos tontos de la junta nueva. ¿Por qué no hablas con Moeckel?
HUELE A PLAZA DE LA ALFALFA Y A UNOS AMIGOS DISFRUTANDO DE LUNES SANTO ANTES DEL CAUTIVO, Y HUELE A AROMA DE SEMANA DE GOZO, Y HUELE A PRELUDIO DE DIA GRANDE, EN DEFINITIVA HUELE A SEMANA SANTA Y SUS GENTES
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