y otra vez la misma estampa,
el costal debajo del brazo,
mil temblores en el alma,
y al mirarte flagelado
se me anula la palabra,
y empiezo a hablarte rezando.
Yo me declaro culpable
de quererte con locura
y a tu costero agarrarme.
Mi tormento es la dulzura,
Consuelo mía, de amarte.
Pongo en tus manos mi vida,
que orgullo estar a tu vera,
diciendo cuando llegue el día
que yo fui tu costalero
y tu mi faro y mi guía.
Vídeo: Ernesto Naranjo
A los palmeros hay que ponerles un suspenso ehh jejejeje
ResponderEliminarTOTALMETE DEACUERDO CON EL POPI,JEJEJEJEJE,ENTRE ELLOS A MI,JEJEJE
ResponderEliminarNooooo...........que era el cantaó, que no nos cojía el compas, ni el son.......jajjajjaajajajajjajajajaj
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