Las fiestas de las Cruces y Mayos es uno de los acontecimientos populares mas característicos de la sociedad manchega.
En Piedrabuena hay una profunda y viva tradición durante el mes de mayo. Los mayores recuerdan cómo los mozos, que por ese mes se quedaban a dormir en las quinteras para realizar las tareas del campo, bajaban al pueblo a cantar el mayo a las mozas con letras picarescas y amorosas.
Pero no solamente las mozas eran y son la única inspiración para los mozos, también lo son la Virgen, el Cristo y la Cruz. Antes cuando los mozos salían a rondar, había uno que iba pidiendo con un costal al hombro lo que buenamente le fuesen echando: rosquillas, mantecados, etc..., ese mozo era conocido como el costalero.
Haciendo uso de la costumbre, los mayeros se reúnen todas las noches del mes de Abril para ensayar los mayos y desde la primera noche todos ellos viven intensamente los preliminares de esta fiesta, fiesta que da comienzo los últimos instantes del mes de Abril, delante de la puerta principal de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, para una vez entrado el quinto mes del año, echarle el mayo a la Santísima Virgen.
La plaza del pueblo se llena de sus gentes expectantes ante dicho acontecimiento y llenos de ilusiones los piedrabueneros reciben el mes de mayo.
Los cuatro grupos de mayeros existentes en la actualidad:
- Santo Cristo de la Antigua
- Nuestra Señora de la Asunción
- Cruz de Mayo
- Jóvenes mayeros de Piedrabuena
Ataviados con sus guitarras y laúdes entre otros dan comienzo su recital mayero unos tras otros, mientras que los asistentes los acompañan con gran entusiasmo ya que a lo largo de sus vidas han venido aprendiendo sus letras además, de por su ritmo pegadizo que incluso les hacen participes en algunas estrofas diciendo ¡AIRE!.
Los instrumentos que utilizaban los mayeros en estas rondallas eran las guitarras, el guitarro y como no la baqueta y el clavo como percusión. Hay quien dice que la vihuela fue también muy utilizada durante el siglo XIX. Pero como todo evoluciona, los mayos no fueron menos y aparecieron nuevos instrumentos que acompañaron a los anteriores en su peregrinar, tales fueron la bandurria y el laúd que se incorporan ya en el siglo XX y pasada la Segunda Guerra Civil algunos habitantes de la localidad introdujeron el acordeón, el clarinete o el violín pero de forma esporádica.
Tras el mayo a la Virgen y como la tradición manda, marchan andando a la ermita del Santísimo Cristo de la Antigua para cantarle el mayo al patrón de Piedrabuena. Cumplido este ritual, cada grupo continua la fiesta por separado, recorriendo las calles del pueblo cantando el mayo ventanero hasta que despunta el día o las fuerzas se agotan.
Este mayo está siendo constantemente enriquecido con el ingenio y las vivencias personales de sus propios protagonistas, al ir incorporando al mayo nuevas llegadas y despedidas junto con algunas improvisaciones durante su desarrollo.
De esta forma los mayeros abordarán a la primera pareja o grupo de amigos que se encuentren por la calle para echarles el mayo. Hasta las tres o las cuatro de la madrugada, los mayeros visitarán algunas casas conocidas, bares y disco-Púb. mas concurridos en los que nada más pasar, cesará la música que ameniza el local y comenzará a oírse el mayo ventanero, que por unos instantes te hará rememorar aquellos años en el que las mozas cargadas de ilusiones esperaban tras las celosías de sus ventanas que los mayeros le echasen el mayo.
Cuando las fuerzas ya flaquean y después de descansar unas horas, al amanecer, los mayeros volverán a reunirse en la vivienda de alguno de ellos o en el bar iniciando la jornada desayunando chocolate con churros y por supuesto en pago a lo tomado le echarán el mayo.
De casa en casa los mayeros continuarán con el mayo ventanero hasta las primeras horas de la tarde. Unas veces el mayo es cantado en la misma puerta de la calle y otras, en el salón, comedor o patio. En la mayoría de los sitios, además de gratificarles económicamente les invitan a tomar: dulces_ pastas de huevo, rosquillas, magdalenas, suspiros, resecas etc y aperitivos_ chorizo, jamón, queso acompañado de refrescos. Y ya al atardecer del día 2 de Mayo, los mayeros vuelven a situarse delante de la puerta principal de la iglesia parroquial, en esta ocasión para echarle el mayo a la Santa Cruz. Concluido el mayo de la Cruz, los mayeros se desplazan a la ermita del Santísimo Cristo de la Antigua, donde de nuevo vuelven a echarle el mayo al Patrón de Piedrabuena.
Tras este último acontecer, los mayeros girarán visita a todas las cruces que ese año se han instalado en las viviendas particulares y que están abiertas desde las ocho de la tarde, permaneciendo abiertas a lo largo de todas las fiestas. Allí, delante de la cruz y en presencia de sus amos le echarán el mayo a la Cruz.
Estas cruces son realizadas por costumbre o promesa y con mucho esfuerzo entre los componentes de una misma familia, vecinos, amigos, allegados y peñas llegando incluso a comenzar dichas labores de preparación con un mes de antelación.
Existen dos tipos de cruces:
1- Cruz de Brezo
2- Cruz de Tela
Para la elaboración de la cruz de brezo se utilizan:
- Brezo. Este a su vez puede ser: Brezo blanco, brezo “colorao” quírola
- Otras plantas. Entre ellas: Ajedrea, tomillo, cantueso, musgo etc.
- También se utilizarán piedras como: Basalto, cuarcita.
Y para la elaboración de la cruz de tela se precisan entre otras cosas:
- Telas. Entre las que destacan: Raso, hilo, seda, algodón etc.
- Elementos religiosos: La cruz, imágenes, cáliz etc
- Flores: Gradiolos, claveles, orquídeas etc
Tanto la elaboración de la cruz de brezo como la cruz de tela conllevan mucho trabajo y su realización se hace con sumo cuidado. Para la instalación de la cruz de tela se utiliza una de las
habitaciones de la casa cercana a la puerta de la calle para facilitar el tránsito de los visitantes. Y ya manos a la obra el primer paso a dar sería la colocación de las varetas y de las sabanas que forman el cielo raso o techo de la cruz. Como las sabanas no tienen la anchura de la habitación se suelen coser cuatro, casi siempre de color blanco, y se acoplan a las varetas mediante alfileres de esta forma se constituye el cielo raso, liso, si ninguna clase de adornos.
Cuando las paredes laterales y en la frontal de la habitación donde se va a colocar la cruz se le pretenden hacer salientes, columnas, etc, se ponen varetas adicionales con las formas deseadas, sujetas a las del cielo raso, de aquí colgarán en primer lugar las sabanas con las que se protegerá de la pared y se ornará después con raso u otras telas.
Si se hace con cortina de encajes o visillos transparentes, en primer lugar se pondrá una tela de color oscuro, que se transparentará a través de las cortinas o visillos. Los colores de las telas utilizados difieren de una cruz a otra, según el gusto de sus dueños: Blanco, crema, amarillo, rosa, salmón, azul y violeta son los más utilizados.
En algunas cruces la tela pende de las varetas sin apenas labores, en otras sin embargo se hacen puntos de cayo o panal, en los que a veces, en cada junta se coloca una florecita confeccionada con papel o tela, cogida con un bodoque bordado, o bien pliegues, tablas, picos, frunces, etc.
Para tapar los cientos de alfileres con los que se sujeta el cielo raso y las telas utilizadas en recubrir las paredes, se pone un remate, consistente en una tira de tela bordada, de ganchillo o
encaje; pasacintas y entredós con flores de tela.
Los altares nacen desde el suelo de forma abstracta utilizando para ello diferentes objetos que serán tapados con sabanas y revestidos con las mismas telas de las paredes.
Candelabros, jarrones y floreros repletos de flores naturales y algunas imágenes de santos adornan los altares. En un lugar bien visible se colocan algunos de los elementos propios de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, como son el cáliz, el vino, y la oblea o en su caso un pequeño pan hecho para este fin, espigas, uvas, clavos, la Biblia... El rosario seguirá poniéndose en un lugar bien visible en forma de M. La cruz colocada en lo más alto presidirá la estancia.
En las paredes de la habitación se colocarán: Sillas, sillones y sofás, donde se sentarán los dueños de la cruz, y quienes la visitan. Por el suelo se esparcirá como siempre el tomillo y la ajedrea.
Como puede verse los preparativos son muchos, para ello cada persona se encarga de su cometido, así para la realización de la cruz de brezo se procede de la siguiente manera:
a finales del mes de Marzo o principios de Abril se emprende la obra de montar la cruz. Durante buena parte de las tardes - noches del mes de Abril, con un promedio de 5 horas diarias, los dueños y un número de personas afines que difiere de unos días a otros dependiendo del trabajo que se está realizando 5 ó 6 personas pueden ser suficientes para montar su estructura, sin embargo este número se multiplica por tres los días que se ha de recoger el brezo en los montes y cuando se está poniendo la cruz. El tamaño y forma de la cruz depende siempre de la extensión del local donde se ha decidido poner, aunque la más común es cuadrada, en ocasiones la pared que ocupa el altar se le da forma semicircular y el techo se hace en forma de bóveda.
El montaje de la cruz se inicia con la construcción del armazón, para ello se utilizarán rollizos de madera o puntales metálicos, atravesados horizontalmente por tablones, sobre los que se ponen las redes de los carros o alambradas metálicas, templadas mediante tensores.
El brezo color blanco y purpúrea, o la brecina, en este caso solo color purpúrea, se recoge de los montes de Piedrabuena, este es el trabajo más duro, durante varios días, 15 ó 20 personas se recorrerán los montes cortando brezo o brecina; hechas haces se transportará al pueblo en remolques, camiones... junto con el brezo se cortará algo de romero u otras plantas análogas, que se utilizarán para entrelazar entre las redes sobre las que después se pinchará el brezo o brecina.
Con cajas, piedras y otros objetos se le dará la forma deseada al altar, dejando un espacio para el arroyo y la charca del agua. Sobre los útiles que se ha configurado el altar, se colocarán piedras, musgo, y algunas plantas. Y en las proximidades y en el interior de la charca: Helechos, eneas, nenúfares... En la charca del agua, se echarán peces cogidos para este fin en el río Bullaque. En el monte en ocasiones se pondrán animales disecados como la paloma, el zorro, la jineta, etc. Y a veces animales vivos, los mas dados son el conejo, la liebre, etc.
La cruz recubierta de brezo en ocasiones se coloca en lo más alto del altar y, en alguna que otra ocasión en el interior de una cueva. En estas cruces como en las de tela se continúan poniendo los antiguos sofás, asientos que ocuparán los amos de la cruz y su familia principalmente. Por el suelo se esparcirá el tomillo y la ajedrea que inundará de aroma la estancia.
Durante todo el día las cruces son expuestas en el portal de la casa, para que pueda verla todo aquel que lo desee. Los vecinos que van a verla son invitados, y los mas allegados se quedan toda la noche para rezar a la Cruz.
Todos los preparativos son pocos para recibir el mes de mayo en Piedrabuena, por ello el ayuntamiento prepara todo un repertorio de actividades para su celebración: conciertos, exposiciones, jornadas sobre Piedrabuena y su entorno, novillada además del concurso de carteles que anuncian sus fiestas.
El mayo a la Cruz alarga estas fiestas hasta el Domingo siguiente al día 3 (día de la Santa Cruz). Dicho domingo se celebra la Romería de la Sierra de la Cruz. Los mayeros de Piedrabuena subirán a la ermita para echarle el mayo a la Santa Cruz, acompañando a los romeros, con lo que se pone punto y final a las Fiestas de Cruces y Mayos de Piedrabuena, hasta el año siguiente.
Fotografías: Alberto Fco. Donaire / Carmen Sánchez
En Piedrabuena hay una profunda y viva tradición durante el mes de mayo. Los mayores recuerdan cómo los mozos, que por ese mes se quedaban a dormir en las quinteras para realizar las tareas del campo, bajaban al pueblo a cantar el mayo a las mozas con letras picarescas y amorosas.
Pero no solamente las mozas eran y son la única inspiración para los mozos, también lo son la Virgen, el Cristo y la Cruz. Antes cuando los mozos salían a rondar, había uno que iba pidiendo con un costal al hombro lo que buenamente le fuesen echando: rosquillas, mantecados, etc..., ese mozo era conocido como el costalero.
Haciendo uso de la costumbre, los mayeros se reúnen todas las noches del mes de Abril para ensayar los mayos y desde la primera noche todos ellos viven intensamente los preliminares de esta fiesta, fiesta que da comienzo los últimos instantes del mes de Abril, delante de la puerta principal de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, para una vez entrado el quinto mes del año, echarle el mayo a la Santísima Virgen.
La plaza del pueblo se llena de sus gentes expectantes ante dicho acontecimiento y llenos de ilusiones los piedrabueneros reciben el mes de mayo.
Los cuatro grupos de mayeros existentes en la actualidad:
- Santo Cristo de la Antigua
- Nuestra Señora de la Asunción
- Cruz de Mayo
- Jóvenes mayeros de Piedrabuena
Ataviados con sus guitarras y laúdes entre otros dan comienzo su recital mayero unos tras otros, mientras que los asistentes los acompañan con gran entusiasmo ya que a lo largo de sus vidas han venido aprendiendo sus letras además, de por su ritmo pegadizo que incluso les hacen participes en algunas estrofas diciendo ¡AIRE!.
Los instrumentos que utilizaban los mayeros en estas rondallas eran las guitarras, el guitarro y como no la baqueta y el clavo como percusión. Hay quien dice que la vihuela fue también muy utilizada durante el siglo XIX. Pero como todo evoluciona, los mayos no fueron menos y aparecieron nuevos instrumentos que acompañaron a los anteriores en su peregrinar, tales fueron la bandurria y el laúd que se incorporan ya en el siglo XX y pasada la Segunda Guerra Civil algunos habitantes de la localidad introdujeron el acordeón, el clarinete o el violín pero de forma esporádica.
Tras el mayo a la Virgen y como la tradición manda, marchan andando a la ermita del Santísimo Cristo de la Antigua para cantarle el mayo al patrón de Piedrabuena. Cumplido este ritual, cada grupo continua la fiesta por separado, recorriendo las calles del pueblo cantando el mayo ventanero hasta que despunta el día o las fuerzas se agotan.
Este mayo está siendo constantemente enriquecido con el ingenio y las vivencias personales de sus propios protagonistas, al ir incorporando al mayo nuevas llegadas y despedidas junto con algunas improvisaciones durante su desarrollo.
De esta forma los mayeros abordarán a la primera pareja o grupo de amigos que se encuentren por la calle para echarles el mayo. Hasta las tres o las cuatro de la madrugada, los mayeros visitarán algunas casas conocidas, bares y disco-Púb. mas concurridos en los que nada más pasar, cesará la música que ameniza el local y comenzará a oírse el mayo ventanero, que por unos instantes te hará rememorar aquellos años en el que las mozas cargadas de ilusiones esperaban tras las celosías de sus ventanas que los mayeros le echasen el mayo.
Cuando las fuerzas ya flaquean y después de descansar unas horas, al amanecer, los mayeros volverán a reunirse en la vivienda de alguno de ellos o en el bar iniciando la jornada desayunando chocolate con churros y por supuesto en pago a lo tomado le echarán el mayo.
De casa en casa los mayeros continuarán con el mayo ventanero hasta las primeras horas de la tarde. Unas veces el mayo es cantado en la misma puerta de la calle y otras, en el salón, comedor o patio. En la mayoría de los sitios, además de gratificarles económicamente les invitan a tomar: dulces_ pastas de huevo, rosquillas, magdalenas, suspiros, resecas etc y aperitivos_ chorizo, jamón, queso acompañado de refrescos. Y ya al atardecer del día 2 de Mayo, los mayeros vuelven a situarse delante de la puerta principal de la iglesia parroquial, en esta ocasión para echarle el mayo a la Santa Cruz. Concluido el mayo de la Cruz, los mayeros se desplazan a la ermita del Santísimo Cristo de la Antigua, donde de nuevo vuelven a echarle el mayo al Patrón de Piedrabuena.
Tras este último acontecer, los mayeros girarán visita a todas las cruces que ese año se han instalado en las viviendas particulares y que están abiertas desde las ocho de la tarde, permaneciendo abiertas a lo largo de todas las fiestas. Allí, delante de la cruz y en presencia de sus amos le echarán el mayo a la Cruz.
Estas cruces son realizadas por costumbre o promesa y con mucho esfuerzo entre los componentes de una misma familia, vecinos, amigos, allegados y peñas llegando incluso a comenzar dichas labores de preparación con un mes de antelación.
Existen dos tipos de cruces:
1- Cruz de Brezo
2- Cruz de Tela
Para la elaboración de la cruz de brezo se utilizan:
- Brezo. Este a su vez puede ser: Brezo blanco, brezo “colorao” quírola
- Otras plantas. Entre ellas: Ajedrea, tomillo, cantueso, musgo etc.
- También se utilizarán piedras como: Basalto, cuarcita.
Y para la elaboración de la cruz de tela se precisan entre otras cosas:
- Telas. Entre las que destacan: Raso, hilo, seda, algodón etc.
- Elementos religiosos: La cruz, imágenes, cáliz etc
- Flores: Gradiolos, claveles, orquídeas etc
Tanto la elaboración de la cruz de brezo como la cruz de tela conllevan mucho trabajo y su realización se hace con sumo cuidado. Para la instalación de la cruz de tela se utiliza una de las
habitaciones de la casa cercana a la puerta de la calle para facilitar el tránsito de los visitantes. Y ya manos a la obra el primer paso a dar sería la colocación de las varetas y de las sabanas que forman el cielo raso o techo de la cruz. Como las sabanas no tienen la anchura de la habitación se suelen coser cuatro, casi siempre de color blanco, y se acoplan a las varetas mediante alfileres de esta forma se constituye el cielo raso, liso, si ninguna clase de adornos.
Cuando las paredes laterales y en la frontal de la habitación donde se va a colocar la cruz se le pretenden hacer salientes, columnas, etc, se ponen varetas adicionales con las formas deseadas, sujetas a las del cielo raso, de aquí colgarán en primer lugar las sabanas con las que se protegerá de la pared y se ornará después con raso u otras telas.
Si se hace con cortina de encajes o visillos transparentes, en primer lugar se pondrá una tela de color oscuro, que se transparentará a través de las cortinas o visillos. Los colores de las telas utilizados difieren de una cruz a otra, según el gusto de sus dueños: Blanco, crema, amarillo, rosa, salmón, azul y violeta son los más utilizados.
En algunas cruces la tela pende de las varetas sin apenas labores, en otras sin embargo se hacen puntos de cayo o panal, en los que a veces, en cada junta se coloca una florecita confeccionada con papel o tela, cogida con un bodoque bordado, o bien pliegues, tablas, picos, frunces, etc.
Para tapar los cientos de alfileres con los que se sujeta el cielo raso y las telas utilizadas en recubrir las paredes, se pone un remate, consistente en una tira de tela bordada, de ganchillo o
encaje; pasacintas y entredós con flores de tela.
Los altares nacen desde el suelo de forma abstracta utilizando para ello diferentes objetos que serán tapados con sabanas y revestidos con las mismas telas de las paredes.
Candelabros, jarrones y floreros repletos de flores naturales y algunas imágenes de santos adornan los altares. En un lugar bien visible se colocan algunos de los elementos propios de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, como son el cáliz, el vino, y la oblea o en su caso un pequeño pan hecho para este fin, espigas, uvas, clavos, la Biblia... El rosario seguirá poniéndose en un lugar bien visible en forma de M. La cruz colocada en lo más alto presidirá la estancia.
En las paredes de la habitación se colocarán: Sillas, sillones y sofás, donde se sentarán los dueños de la cruz, y quienes la visitan. Por el suelo se esparcirá como siempre el tomillo y la ajedrea.
Como puede verse los preparativos son muchos, para ello cada persona se encarga de su cometido, así para la realización de la cruz de brezo se procede de la siguiente manera:
a finales del mes de Marzo o principios de Abril se emprende la obra de montar la cruz. Durante buena parte de las tardes - noches del mes de Abril, con un promedio de 5 horas diarias, los dueños y un número de personas afines que difiere de unos días a otros dependiendo del trabajo que se está realizando 5 ó 6 personas pueden ser suficientes para montar su estructura, sin embargo este número se multiplica por tres los días que se ha de recoger el brezo en los montes y cuando se está poniendo la cruz. El tamaño y forma de la cruz depende siempre de la extensión del local donde se ha decidido poner, aunque la más común es cuadrada, en ocasiones la pared que ocupa el altar se le da forma semicircular y el techo se hace en forma de bóveda.
El montaje de la cruz se inicia con la construcción del armazón, para ello se utilizarán rollizos de madera o puntales metálicos, atravesados horizontalmente por tablones, sobre los que se ponen las redes de los carros o alambradas metálicas, templadas mediante tensores.
El brezo color blanco y purpúrea, o la brecina, en este caso solo color purpúrea, se recoge de los montes de Piedrabuena, este es el trabajo más duro, durante varios días, 15 ó 20 personas se recorrerán los montes cortando brezo o brecina; hechas haces se transportará al pueblo en remolques, camiones... junto con el brezo se cortará algo de romero u otras plantas análogas, que se utilizarán para entrelazar entre las redes sobre las que después se pinchará el brezo o brecina.
Con cajas, piedras y otros objetos se le dará la forma deseada al altar, dejando un espacio para el arroyo y la charca del agua. Sobre los útiles que se ha configurado el altar, se colocarán piedras, musgo, y algunas plantas. Y en las proximidades y en el interior de la charca: Helechos, eneas, nenúfares... En la charca del agua, se echarán peces cogidos para este fin en el río Bullaque. En el monte en ocasiones se pondrán animales disecados como la paloma, el zorro, la jineta, etc. Y a veces animales vivos, los mas dados son el conejo, la liebre, etc.
La cruz recubierta de brezo en ocasiones se coloca en lo más alto del altar y, en alguna que otra ocasión en el interior de una cueva. En estas cruces como en las de tela se continúan poniendo los antiguos sofás, asientos que ocuparán los amos de la cruz y su familia principalmente. Por el suelo se esparcirá el tomillo y la ajedrea que inundará de aroma la estancia.
Durante todo el día las cruces son expuestas en el portal de la casa, para que pueda verla todo aquel que lo desee. Los vecinos que van a verla son invitados, y los mas allegados se quedan toda la noche para rezar a la Cruz.
Todos los preparativos son pocos para recibir el mes de mayo en Piedrabuena, por ello el ayuntamiento prepara todo un repertorio de actividades para su celebración: conciertos, exposiciones, jornadas sobre Piedrabuena y su entorno, novillada además del concurso de carteles que anuncian sus fiestas.
El mayo a la Cruz alarga estas fiestas hasta el Domingo siguiente al día 3 (día de la Santa Cruz). Dicho domingo se celebra la Romería de la Sierra de la Cruz. Los mayeros de Piedrabuena subirán a la ermita para echarle el mayo a la Santa Cruz, acompañando a los romeros, con lo que se pone punto y final a las Fiestas de Cruces y Mayos de Piedrabuena, hasta el año siguiente.
Fotografías: Alberto Fco. Donaire / Carmen Sánchez
Información: Ayuntamiento de Piedrabuena
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