domingo, 6 de enero de 2008

XXV años. Yo aún no los he cumplido... y Tú ya estabas ahí

Se dice pronto veinticinco años, pero en todo ese tiempo de la vida de una persona cambia muchas cosas, y Tú sin embargo sigues siendo la misma, la misma niña de tierna mirada, que hasta el estomago llega cuando a los ojos se te mira. ¡Qué tuvo que tener en la cabeza quien te trajo al mundo! Y que artista para ser capaz de que con solo tu presencia el aire se note de distinto color.

Alguna vez me han preguntado que es lo que se siente estando contigo...nunca he sabido contestar, es tan grande el sentimiento, son tantas cosas, es tan infinito el amor que desprendes...que nadie se puede explicar cómo ni porqué haces que cambie mi estado de ánimo cada vez que te miro.

No le pongais mas flores,
que nadie te toque la cara,
mírame, no me llores,
que me partes el alma.

Secadle esas lágrimas de caramelo,
que hasta duelen al verte,
cómo puede alguien quererte
como yo te quiero, Consuelo.

Ya queda poco. En apenas dos meses estarás en la calle intentando alcanzar la espalda de tu Hijo para curarle las heridas que un romano le produce, pero, ¿hay peor herida que el dolor de una Madre que lo está viendo? Con tanto dolor y pena, ¿cómo es posible que tengan tanta dulzura tus ojos? Y así llevas XXV años, XXV años que yo aún no e cumplido...y Tú ya estabas ahí.

Por David Ayala.

Foto: Ernesto Naranjo.

1 comentario :

  1. Ayala enhorabuena x el articulo,has consegido lo q todos los poetas pretenden,llegar al corazon de la gente y eso se nota cuando la piel se pone de gallina,xo eso es facil cuando se habla de nuestra Madre del Consuelo.gracias x este fantastico articulo Ayalita.

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